Como un conejo tratando de escapar del cazador con sus dientes blancos llenos de rabia, empezó a correr, le sudaba las manos. Un frió limbo que pasaba en el espejo. Sabia donde realmente iba, entre la oscuridad y las luces opacas de algún ventanal roto por el tiempo. Ese cuerpo inerte que no sabia lo que realmente perseguía. Delante una mujer corría con tanta sabiduría, como un conejo, dos conejos corriendo una detrás de otro. De su espalda podía ver la lluvia de la tarde anterior. Luego de pasar las escaleras con fantasmas llamado al puerta, extrañamente la mujer se divide en varias de ella misma, todas con una silencia espectral que hacia revolver el estomago.
Reír y llorar, silbar o pensar, ya no lo se. Pero puedo decir que hoy tuve un sueño bastante lindo.
ke lindo sueño... ojala conocer algun dia a esa mujer.
ResponderEliminar