Otra vez,
va a seguir pasando
mientras los gusanos
se arrastren bajo tierra
no me dirá nada
creo que yo tampoco
y un silencio tan bello
jamás escuchado se soltará
entre las cuerdas oxidadas
de la garganta llenas de
llagas rosadas.
No debería estar acá,
pero estoy, viéndome
cuando tan solo tenia
algunos años de vida
con una gran sonrisa
y la gata casi pelada
pestañando con sus ojos
verdes furiosos.
En el suelo de esta
casa me derrito.
El ojo de la pared esta ciego
y un "te amo" en el techo
se duplica mis ansias sobre
que todo va a estar bien.
El destino se redujo a unas
cuantas palabras, y así va a hacer mejor.
Me espera la puerta, el mundo
y todo lo que se posa en aquel árbol
arderá, como mis latidos
en este momento.
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