viernes, 19 de febrero de 2010

Corazón Tramposo*

Se la veía bailar sola, mientras estuve en el baño, la luna se posa en su ventana, que en vez en cuando, un animal raro se acercaba a pestañear en busca de algo para comer, cuando esta de mal humor, Paula, le tira algo de carne enlatada.
Al bailar sola, se escapa del aire que la envuelve y sus pies se elevan del suelo, como un ángel que cayo a la tierra solo para bailar y autodestruirse. Sus manos se movían al compás del movimiento estelar. Yo seguía en el baño, mirando en el espejo, me sentía raro, al lado de ella siento ser un yo, alguien que esta presente en el mundo, en la realidad que nos asquea y disuelve. Nunca había sentido algo tan fuerte hacia una persona, percibo que podría morir demasiado tranquilo en este momento, en realidad, mientras la veo bailar y sonreír. Mis manos titilaban, ya es una reacción que me va y viene, es feo, pero ya estoy acostumbrado. Apago la luz de baño y salgo hacia el comedor, donde la música brilla ante los ojos de Paula. Seguía moviéndose, pero no con tanta calidez, algo le molestaba, se notaba en la palidez de su rostro.
-¿Pasa algo Paula?
Su pelo se envuelve con el contorno de su cuerpo, sus pies se tensan y liberan un olor a rosas en esos días de primavera, donde los insectos buscan su hedor y su polen. De sus manos suelta algunos pétalos de papel traslucidos, de sus ojos caen lágrimas de colores, se arrodilla en el suelo.
-No puedo fingir una aparente felicidad, (puede ser que este obsesionado, pero veía una pequeña luz de felicidad en sus ojos, o puede ser que no sea racional), estoy cansada de tanto malos tratos con mi cabeza, como desearía comer mis miedos, después cagarlos y tirar la cadena del inodoro, que se vayan y que se las coman las ratas. Estoy enojada conmigo misma, solo por ser una persona débil espiritualmente, no soporto ser así-.
En el fondo de su patio de flores rotas se venia al océano acercarse lentamente, ya se había devorado las casas bajas de la cuidad, y venia por nosotros, para tratar de destruirnos, pero si eso pasará, le agarraría de las manos y me hundiría con ella, con sus problemas y con todo su amor, moriría por ella. Las olas brillaban con la luz de la luna que se posa ante sus ojos marrones, se oía romperse en cada catarata de lluvia de papel y el polen de las mariposas danzaban en el sismo de la espuma gris que llegaba a mis pies, no lo podía creer, ya había llegado a mis talones y corazón.
De su garganta llena de agua salada, Paula puse ese grito en el cielo:
-¿Quieres que descorche otro tinto?-.
Ya lo había mencionado antes, ahora ya no importa mas que ella y sus labios purpura por el vino.
-Bueno, te acompaño con otras copas de vino-.
La ayude de levantarse del suelo que tranquilamente, la melancolía la aplasta contra el suelo, fue hacia el bar de la cocina y descorcho otro vino. Arriba de las montañas de sal, el aparente sol de la mañana aparecía con sus miedos y vicios, se notaba a penas nuestras miradas pálidas observándonos uno al otro.
-Fa, espera un segundo, voy arriba y ahora bajo-.
-Ya se que vas a hacer, me pregunto si lo puedo hacer con vos-.
Definitivamente fui yo quien dijo eso, no había otra persona en ese cuarto. Sonrió, y la pude ver, no la pude deje de mirar, esa luz la invadía de nuevo, ese fuego que muchas veces se extinguía en sus ojos, ha resucitado como el ave fénix resucita entre sus pocas cenizas grises. Mientras secaba sus lagrimas iluminadas de sus ojos, decía con tanta claridad:
-Estamos estúpidamente conectados unos con el otro por una soga en el cuello, que se estira cada día mas-. Ella miro fijamente a mis ojos que se escondía en el tremendo caos del océano de la madrugada y dijo:
-Disfrutemos este momento mientras la soga no se estira demasiado-.
Sus piernas se secaron mientras subía las escaleras, los peces salpicaban en mi torso, que sin darme cuenta permanecía desnudo, y sus escamas podridas rozaban mis piernas que se estremecían de vez en cuando. Su pelo se aproximo por la escalera, su cuerpo desnudo se semejaba a las sirenas que cantaban en tiempos inexistentes, y todo lo he escrito será solo una mera interpretación de cada uno. Llego con una tableta de pastillas que siempre he odiado, pero hoy es un momento que siento olvidar, con una vaso de vino, tal vez.
-Fa...te puedo dar 5 pastillas, es la mitad de la tableta completa, pero ojala que le sirva, podrá sentir lo que yo siento en este momento-.
-Quiero sentirte, es lo pienso cada día que hablo con vos...quiero sentir lo que estas sintiendo ahora.
Sirvió dos grandes copas de vino, como el horizonte del océano, que sangra sin conversar. Nos metimos las cinco pastillas en la garganta y la tragamos gracias al agua del océano que sin pretender nada, la tormenta cayo en mi cabeza, como en la suya. Nos volvimos tan blancos como la luz que refleja en la superficie del mar, nos hundimos desnudos, tan pálidos como una montaña de nieve pura, sin volver al mismo lugar, ella como un Piscis sin escamas que mostrar, ella flota como un pedazo de seda tan hermoso como la luz de los días, tan perfecto como los Dioses Incas, yo me hundí en sus latidos que sobresalían en espejos de neón, no me importa demasiado, ya lo mencioné, moriría por ella, por Paula. Sus zapatos rotos flotaban en la oxidada ola que rompe en sus ojos marrones claros, su cabello titila en la superficie del mar, y la condena tan dulce que me atrapo y me llevo a donde quise ir.
-¿Me esperabas?
-Te esperaba, estoy cansada, pero el agua salada me hace flotar en tus lunares de cáncer, y las estrellas sin final me hacer recordar cuanto me has amado-.
-Te sigo amando, y tus ojos de felino me sugiere una leve tensión, como las de las sanguijuelas antes de morder, pero te amo, y es lo ultimo que te puedo decir, porque el océano me traga por completo-.
El océano siguió rompiendo en donde hace mil años sueña sin dormir y escupía la espuma como siempre lo hizo, y el metal del agua chorreaba como un licuado en el mas allá, pero el joven Fabio, ha llevado su corazón donde ella canta, tal como las sirenas que saborea la sangre de sus labios, y dejo de ser como era antes, y empiezo a vivir otra vida que nunca imagine que viviría.


*Final del relato http://infusion-mental.blogspot.com/2009/07/zapatos-rotos.html

Happy Birthday Kurt



SOY MI PROPIO PARASITO
NO NECESITO UN ANFITRION PARA VIVIR
NOS ALIMENTAMOS EL UNO DEL OTRO
PODEMOS COMPARTIR NUESTRAS ENDORFINAS
FILETE DE MUÑECA, CARNE DE PRUEBA

SER OPTIMISTA ES UN SUICIDIO
SENTIDO DE LA VISTA PERDIDO, ESTOY DE TU PARTE
ALA IZQUIERDA, ALA DERECHA, ALA ROTA DE ANGEL
FALTA DE HIERRO Y/O DE SUEÑO

TENGO MI PROPIO VIRUS-MASCOTA
TENGO QUE ACARICIARLO Y DARLE UN NOMBRE
SE LECHE ES MI MIERDA, MI MIERDA ES SU LECHE

CARNE DE PRUEBA, FILETE DE MUÑECA
SER OPTIMISTA ES UN SUICIDIO
SENTIDO DE LA VISTA PERDIDO, ESTOY DE TU PARTE
ALA IZQUIERDA, ALA DERECHA, ALA ROTA DE ANGEL

FALTA DE HIERRO Y/O DE SUEÑO
PROTECTOR DE LA CASITA DEL PERRO
ECTOPLASMA, ECTOESQUELETICO
CUMPLEAÑOS NECROLOGICO
TU ESCENCIA SIGUE ALLI EN MI LUGAR DE RECUPERACION

jueves, 18 de febrero de 2010

Te lo prometo en este mismo momento, te lo aseguro, mas que nada en el mundo. Todas las luces de los dias, los arboles caidos, los pajaros llorando en el atardercer, las botellas de tinto quebrados en las terrazas, una cama que sobresale del cimiento destruido por el viento, las marcas de pintura en la espalda, tus labios al rojo blanco del oceano, los ojos que se caen de cansancio, y todas las noches ante las pestañas que me ven llorar, alguna vez todas estas situaciones y metales quebrados, todos alguna vez seran mios. Y la luz del dia se extingue en tres partes, dos sin sombras, la tercera y ultima tambien se quiebra ante mis dedos. Y empiezo a llorar de nuevo.

viernes, 12 de febrero de 2010

Destino



Un chillido, como las de las ratas cuando bucean ligeramente entre la basura, me sostuvo los ojos para mantenerlos abiertos y sumisos en la oscuridad de la habitación. Era una de esas madrugada de primavera gris, donde las nubes opacas pintaban la imagen visual en un tétrico color gris y blanco. Sentí un impulso irresistible, todavía no había cumplido los 7 años, ese ente maravilloso llenaba mi cuerpo de una total confianza. Ella estaba justo al frente de mi cama, en la habitación continua, de su exterior expulsaba una luz que chorreaba mis débiles ojos, recuerdo sus brazos sosteniendo mas luces inextinguibles, recuerdo su cara inundada por la metálica luz que, sobre poseído, no recuerdo con claridad. Su hermoso cuerpo se mezcla con un vestido de colores similares a esa mañana, negro y blanco, tallado por alguien que nunca existió. Un hilo negro rozaba por su cálido cuello que sostenía por completo el vestido, el aparente final de la seda chocaba con agrado en sus rodillas. Mis ojos no pararon de mirarla, sus pies descalzos tocaban el suelo como lo hace una sirena en el mar, con delicadeza y serenidad. Tenia una confianza tan grande, que nunca experimente, tan claro como las luces que ella misma hacia estallar cuando pestañeaba, solo fueron tres veces, con tanta prudencia, que mis ojos vivieron una eternidad. Sentía una conexión mística, algo extraño, de otro plano de lo que llamamos realidad, donde ella creo un nuevo sol en base de su luz exterior. Intensidad, igual que dos relámpagos mudos chocasen en un mismo lugar, levante la mano para tocar su rostro, la condición de estatura había desaparecido, el tiempo se había destruido en sus segundos, y un chillido me llama desde mi cama, una colonia de alguna especie de insecto sube entre mi columna, lo siento por todo el cuerpo, desesperación, miedo, frio, tenia muchas ganas de taparme con alguna sabana, pero atrás mío no había nada mas que oscuridad, vuelvo a mirar al frente, y la luz había desaparecido, ese sol extinto, no hay nada, mas que los tétricos colores gris y blanco que inunda la habitación, algunas lagrimas salieron de mis ardientes ojos, que cayeron con gran destrucción en el suelo y en mi alma, en mi carne y todo lo que pude llegar a ser. Una mano blanca acaricia mi cabeza, con tanto amor que abrí los ojos, esos ojos veían una destrucción final de mi cuerpo, las lagrimas en los ojos y los mocos en mi nariz caían rebotando en mi cara, sus manos pasaban por mi frente y mi cabeza, secaba mis lagrimas con sus dedos dulces. Y aun lo estoy pensado, dejaré que siete letras maneje el timón de mi vida.

Persona Bajo Lluvia*

c) Incapacidad Psíquicas: Tanto el accidente como sus consecuencias han repercutido negativamente en la condición psíquica de la reclamante. Tan es así que su carácter apacible, seguro, alegre y extravertido, se ha convertido en apático, inseguro y angustiado, lo que repercute de manera negativa en la condición psíquica de mi mandante. La actora padece una profunda retracción social y la aquejan temores súbitos a repetir las situaciones atravesadas. Padece a partir del hecho y como consecuencia de este, angustia, temores injustificado, depresión, insomnio, etc.

Estas limitaciones, constituyen un importante daño autónomo e independiente que provoco es la actora una limitación psicofuncional en cuanto impiden una normal vida de interrelación social y laboral. Dicha incapacidad parcial y permanente, debe ser indemnizada a la par del daño físico y en forma independiente , entiendo justo solicitar la suma de Pesos catorce mil en el presente.

d) Tratamiento Psiquiátrica: Los profesionales médicos que han asistido a la actora, coinciden en rescribirle la realización de una tratamiento de psicoterapia de apoyo t la eventual utilización de psicofarmacos. El mismo, si bien se lo estima paliativo y no curativo, tendría como fundamental objeto el evitar el agravamiento de su dolencia la que es naturalmente progresiva y tiende al deterioro paulatino de sus psiquis. La no realización de dicho tratamiento podría determinar que la actora viera agravada el cuadro que padece. En tal sentido, se le ha recomendado la realización de una terapia de objetivo precisos que debiera desarrollarse durante un mínimo de tiempo de 24 meses, en sesiones bisemanal de 45 minutos cada una, cuyo costo estimado a la pecha es de Pesos ochenta cada una, cuyo costo se reclama a los demandante. La sumatoria de dichas sesiones arroja una total para el rubro de Pesos diez y seis mil seiscientos cuarenta.

* Estos hechos son desconocidos por parte de la actora, ya que no recibió dicha carta.

miércoles, 10 de febrero de 2010

Piscis

Esperemos que aquellos estupidos peces limpien el cancer de mis pulmones, un mar de cristal, unos ojos marrones mirando como me hundo y las burbujas retroceden en las olas que rompen en la arena blanda. Colores vagos sobresalen del pigmeo de las escamas del Piscis, tan hermoso, sus escamas se resbalan en mis ojos, desapareciendolos, borrando cada recuerdo que se retuerse en el estomago. Piscis borra cada color de las lagrimas y ahora caigo en sus sedosas manos, el Piscis se inclina para besar mi frente y espero que dure para siempre, aunque sè que cada objeto o sensacion se rompe en cataratas de pepel crepe, pero los segundos son infinitos, asi quiero que sea. El Piscis regala sus labios morados, espero que duerma en la eternidad, en ese punto luminoso que desvanece cuando la luna se debora al sol, el Piscis ha vendido mi alma a sus ojos, y nada por debajo de mi piel, borrando mis dedos, mi cuerpo, siendo tan fantasmal como real, me caricia con su escamas, rodea mi sombra y llora debajo de mi piel, sonrie como sonrie un Piscis, salta por encima del oceano y vuelve a caer, lo miro como hace salpicar las brillas gotas, espero que salte de nuevo y la veré, por que el Piscis en su ausencia, caigo, caigo en el misterio y desaparesco, como una estrella a punto explotar.

lunes, 8 de febrero de 2010

Luces blancas pintan cadáveres lucidos
destrozados por el tiempo. Bajo una luz roja
inmortal como las voces muy calladas.

sábado, 6 de febrero de 2010

Por favor, no te muevas ni hables, solo busca en el cajon que he olvidado, y encontraras esas dos mitades irresitibles.

Shit

He escuchado chillar tus dedos en el aire, en la mariposa decrepita y somnolienta por el mar que se contrae en cada vez que los peces aprietan los ojos contra sus parpados transparente.
Una ola sucia, una aleta vieja de pez moribundo sobresale del mar de mierda, que flota con delicadeza entre las burbujas negras. Debería a ver un punto luminoso en cada personas en todos las luces de los días, al igual que un gato esperando por la próxima nube gris para saltar, entre ese especio entre los pulmones que declinan como una bolsa de residuos. En un día húmedo con espesa llovizna, la arena es punzante para los pies, el aire huele a rama quemada, mientras los niños juegan en el charco que ríe en su profundidad.

Alquitrán, Adiós

Tengo guardado en el bolsillo de la camisa mi ultimo placer que consideré como un enlace físico de mi mano derecha. Como un enchufe por donde no pasa electricidad ni la luces de los días. Tengo una pared que da sombra en lo que vemos constantemente mientras lloramos, lo realizamos como una especie primitiva en su reproducción evolutiva. MONO VE, MONO QUIERE. Se sonroja en deformaciones biológicas al verse en la sombra. Cagan en sus movimientos desequilibrados con una jeringa de basura en el cuello del simio. El mono se reclina con la cabeza adelante para escuchar los pedidos del hombre vestido de blanco, el gran, estúpido mono se inclina y se coloca la cabeza en la postura fetal de las sucias manos del traje blanco. El hombre agarra una especie de rueda de dientes oxidados por la sangre coagulada, extrañamente se abre paso al celebro en carne viva del mono, una fina película de una membrana transparentes protege vagamente la gelatinosa masa gris. El hombre basura blanca se saca los guantes de látex y endurece su pene con un constante manejo de sus débiles manos. La punta permanece al rojo blanco del viento vagabundo, hedor a esperma vencido. Se acerca al cerebro que late frenéticamente y penetra en unas de las fisuras del parental izquierdo, jadea, produciendo una ansia perpetua. Continua penetrando el cerebro mientras que el gran simio colapsa en alucinaciones perversas y delirantes. El hombre blanco sigue moviendo y aumenta la velocidad, sin esperar nada de su cuerpo, acaba dentro de los sentimientos del primate, y se aleja, se ve el traje blanco yéndose por el lado oscuro de la habitación. El cenicero se marchito por las flores débiles, soportaba con ansias unos nuevos pétalos rojos, como las de una frutilla madura.

jueves, 4 de febrero de 2010

Soy la Morsa

Soy el constante vidrio cayendose al suelo,
soy esos pedacitos rotos que brillan transluciendo la ceguedora luz de la realidad.
A veces tengo esa bola inflamable,
que puedo facilmente quemar,
ese olvido irresistible,
esa caja vieja,
llenandose de polvo, arriba de un estante de madera carbonizada.
Soy esa pregunta
y esa respuesta que vacia por dentro
y solo soy ese cascaron
sin mariposa
sin nada,
y nada mas.