viernes, 2 de abril de 2010

Un segundo para mirar

Hoy es otra noche de neblina en el cielo. La luna trasluce de un color amarillento, algo borrosa. En el contorno a unos centímetros, de mi vista perdida, un aura de colores verde y violeta se distorsionan con el tiempo. Desde el balcón mas chico puedo ver la oscura calle que rompe en el pavimento. Al frente un deposito de autos mutilados, quemados y envejecidos. Desde ahí se oye el ladrido del perro y las ratas chocan sus dientes en el metal carcomido por la oxidación. Desafortunada mente, el colectivo linea 22 posa delante de mi puerta, dando una gran penumbra sentimental, con un gran golpe en el lado izquierdo del conductor. Es una noche como cualquiera, pero la diferencia es que hoy estoy del otro lado de la penumbra, y veo las guillotinas que dibujan un misero dibujo en los rostros de las personas que caminan por acá.

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