-¿Como que nunca te regale flores?
Alejandra se sentó y prendió un cigarro, le temblaba las manos
-Bueno, se me ha olvidado. Siempre olvido cosas.
-Mira, ya no se que hacer, cuando no estas quiero que estés, pero cuando
estas prefiero que desaparezcas...y deja de tomar esa porquería de vodka con naranja!!!-
-No puedo, es como el "soma" alivia cada pensamiento melancólico-
-Mira, ya no soporto mas. Tengo la cabeza en otro lado y la necesito de vuelta acá, así va a hacer mejor.-
-Como quieras, yo te sigo amando, no lo relacione con mi borrachera espontanea-.
-Me voy mañana, perdón...-.
La mañana siguiente desperté solo en la enorme cada de sabanas blancas, me senté en el respaldo y enrole unos de esos cigarrillos que hacen reír, y quede mirando por la ventana. ¿Nunca le regale flores?. Me puse lo primero que encontré y llame a la suerte. Nos encontraremos en el bar de Soliz y Lima, donde siempre paran los marineros que abordan luego de semanas en un barco, pescando cangrejos.
-Hoy amanecí solo-.
-¿Se fue Alejandra?
-si...¿pedimos un vino?
-ok.
Llamamos al mozo que atendía con una sola mano, la habrá perdido en la guerra por el agua.
Servimos dos copas y charlamos hasta que los borrachines se lanzaran contra el escenario. Tocaba una banda desconocida, no sonaba tan mal.
Luego de algunos vinos y cerveza me despedí de la suerte y me fui para mi casa.
Esa noche una gran melancolía recorría mis huesos, salí de nuevo por unas cervezas y regrese a la cama, tome hasta quedarme dormido.
Aquella mañana desperté solo de nuevo, puse algo de música y lloré.
El sol estaba por delante de mi ventana como cada mediodía, y afuera siempre
esta el mismo pájaro colgado de la rama seca del árbol de moras. Destape algunas latas de cerveza que había quedado de la noche anterior, y la sumergí en mi garganta. No había ruido en las calles, quizás por que no estaba preparado para escuchar semejante coas.
¨Mas el Señor lo castigo y puso en manos de una mujer¨
ResponderEliminarweno... perdon x ser mujer!!! (lease sarcasmo)
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